Complejo San Lorenzo

Cuando se admira la fachada inacabada de la iglesia de San Lorenzo, es casi difícil creer que una vez, este edificio religioso fuera la catedral de Florencia.

La basílica reclama el título de la iglesia más antigua de Florencia y los documentos de hecho atestiguan que fue consagrada ya en el año 393 por Sant’Ambrogio de Milán, considerada una de las figuras eclesiásticas más influyentes del siglo IV.

Nada de esta construcción inicial parece haber llegado a nosotros; la imponente basílica que admiramos hoy es el resultado de la renovación radical llevada a cabo por Filippo Brunelleschi, e iniciada en 1418 en nombre de Giovanni di Bicci, fundador de la familia Medici. El resultado es la primera iglesia plenamente renacentista que más tarde se convertirá en un punto de referencia para toda la arquitectura religiosa posterior. Desde entonces, San Lorenzo ha vinculado indisolublemente su historia a la de la dinastía que durante más de trescientos años dictó la suerte de Florencia y la Toscana.

Seguidamente subiremos a la Biblioteca Medicea Laurentiana, que contiene una de las principales colecciones de manuscritos del mundo. Una escalera curva en “pietra serena” conduce a una habitación muy luminosa y larga, caracterizada por sus filas de mesas y bancos de atril diseño original por el mismo Miguel Ángel. Los atriles fueron diseñados para un doble propósito: uno podía sentarse y estudiar, pero también podían preservar la colección de más de 3000 manuscritos pertenecientes a la familia Medici. Estos estaban y están equipados con paneles al final de cada fila donde se encontraba el contenido colocado en cada banco.

La visita finalizará en el complejo de las Cappelle Medicee, que incluye la cripta, el suntuoso Mausoleo de los Príncipes y la Sagrestia Nuova concebida por Miguel Ángel como una capilla funeraria para la familia Medici.

Pensada por el Papa León X para albergar adecuadamente los monumentos funerarios de su padre Lorenzo el Magnífico y su tío Giuliano, junto con su hermano Giuliano duque de Nemours y su sobrino Lorenzo duque de Urbino. Adoptando el modelo arquitectónico de la Sagrestia Vecchia de Brunelleschi, Miguel Ángel construyó un espacio cúbico coronado por una cúpula hemisférica en la que los elementos arquitectónicos se destacan por el uso de ‘pietra serena’. La Sagrestía Nuova es una de las obras maestras de Miguel Ángel también como escultor: los monumentos fúnebres puestos a los dos lados de la capilla contienen Alegorías del Tiempo, un tema ligado al recuerdo, que simboliza el triunfo de la familia de los Médici en el transcurso del tiempo. Para la tumba de Juliano de Médici ejecutó el Día y la Noche; para la de Lorenzo el Crepúsculo y la Aurora.